Me lamento por haber creído tanto tiempo que tenia que lamentarme.
Me lamenté tanto con mis amigas, de ese hombre que fue mi esposo y que yo decidí caminar con el casi 20 años de mi vida, nadie me obligo a hacerlo, y sí, mis lamentos eran retro-alimentados por otros lamentos de mis amigas que se lamentaban de sus maridos, ahora que volteo hacia atrás digo: Pero que enferma estaba, casi viví en el muro de las lamentaciones, sintiéndome víctima, desvalida, y pobreteandome, ¡pobrecita de mi! : Gracias a Dios ya no lo hago, bueno, no tanto.
Pero lo mas seguro es que les pase ese programa a mis hijos, porque ah! chingados como se lamentan, no siempre a Dios gracias, pero si tienen sus rachas!
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