La historia de amor de los seres a quienes llamo padres inició en el Mercado Limón, ahí se conocieron, él era un joven coqueto, noble y de un hermoso cabello chino que trabajaba acomodando la fruta y la verdura en el aquel Mercado; ella, la persona a quien llamo madre, una joven bella, inteligente e inquieta doncella trabajaba en las oficinas del mencionado lugar. Un día ella quedó flechada por la apariencia atractiva de aquel joven y lo eligió para sí; me cuentan que era un día de verano donde los empleados debían ir a una reunión fuera del lugar de trabajo, ella al estar decidiendo en qué carro iría no la pensó dos veces y abordó el de él, -en lo que son peras o son manzanas, lo voy conociendo- pensó y así inició un camino de dos almas.
Pronto inició el noviazgo, el investigar de él, preguntar referencias, ver sus modos, etcétera, sin embargo, el amor ya estaba ahí.
Decidieron tener una vida juntos cuando el padre de ella, al enterarse de que un muchacho de verduras pretendía a su hija, decidió ir a amenazarlo con un arma diciéndole que –o la dejaba y le variaría el plomo que aquel objeto llevaba dentro-, esto ocurrió a plena luz del día y mientras él acomodaba la fruta en su trabajo.
La joven dejó una nota a su madre en la lavadora, un lugar al que sólo aquella señora tenía acceso, su esposo y padre de la joven se la pasaba ausente del hogar, los demás hijos no hacían tampoco labores domésticas, así que la joven pensó que ese era un lugar seguro para confesarse con su madre y darle un por qué a aquella decisión tan drástica, pues ella aún no concluía sus estudios preparatorios y el joven aún vivía con sus padres, él la estaba esperando, ella subió al carro, se fueron del hogar. Al otro día el suegro, padre de él, al ver aquel acto disparatado fue a hablar con la madre, a regresar a la “niña” que se había escapado, sin embargo, la madre dijo, ella ya se fue, tomó su decisión, es suya. Se fueron todos.
Un día ella estaba esperando el primer bebé, la emoción, la sorpresa, el encanto, la novedad, los meses pasaban, aquel vientre joven, terso, nuevo, bello, fue creciendo, el volumen se fue apoderando de sus pechos, la felicidad y el encanto reinaba, aquel amor estaba dando frutos, el sexto mes su cuerpo no aguanto el peso de ese nuevo ser y se fue, el pequeño nació sin vida, un varón a quién ya habían nombrado. El impacto estuvo fuerte, qué había pasado, qué falló, dónde estuvo el error.
Estamos juntos y nos amamos, mantengámoslo.
Pocos meses pasaron y de nuevo otro pequeño ser se instaló dentro de ella, el tiempo siguió su curso, el embarazo también, esta vez esa hermosa niña que crecía dentro de la joven madre vivió plácidamente siete meses dentro de aquel amoroso vientre, más tiempo ese cuerpo no aguantaría el peso, así que una bella criatura, pequeña en tamaño, sin embargo, con unos ojos que lo abarcaban todo nació, los recién estrenados padres ahora tenían una unión más grande, el amor por aquel divino ser.
No paso mucho tiempo cuando de nuevo el vientre tenía otro huésped, alguien más quería participar de esa trinidad, así que con mucha vida y latiendo cada minuto de emoción, ese ser quería devorarse el tiempo y salir, quería ya salir a jugar con sus padres y ser cómplice de su prematura hermana, tenía el cabello como el padre, abundante, oscuro y chino, esta vez el cuerpo de la madre tampoco lo soporto, era demasiado peso y movimiento como para mantenerlo, al quinto mes salió, se fue, su vida continúo en otra parte, momento difícil, pues el padre deseaba un hijo varón y la madre se emocionaba al saber que esta podía haber sido la ocasión.
El cuerpo de la joven tenía aún trabajo, pues a los pocos meses otro ser se habría de apoderar de aquel cálido vientre, esta vez venía también con todo el impulso de vivir, esta vez ambos padres aseguraban estar esperando el varón que ya dos veces se había ido, fueron con los médico y se estos tomaron las precauciones necesarias para que este nene se lograra de nueve meses y así fue, vivió todo su proceso dentro del cuerpo de la madre, ahí se completó y tomó todo el impulso y tiempo que necesito para salir al mundo, sorprendidos los padres al ver a este ser pues resultó ser una nena gorda y llena de gracia, igualmente se alegraron por la buena salud y dicha de tener a dos bellas hijas con ellos, por algunos años así fue, estos cuatro seres llenos de juventud e inocencia crecían y aprendían juntos; los padres decididos a ser solo ellos cuatro se sorprendieron al recibir otro regalo, este nuevo ser salió sin ser esperado, sin saber qué hacer, pues ya no era parte del plan, estaba de más, de alguna manera esto no debía estar pasando, pensaban, aun así fue bien recibida, con todo el amor y entrega con que se había esperado y recibido a cada uno de sus hermanos, las hermanas mayores estaban emocionadas, tendrían una “muñeca” a quien cuidar y querer como mamá lo había hecho con ellas, sería además una amiga más y la conocerían desde el primer minuto de su existencia fuera del cuerpo de mamá, incluso dentro del vientre ellas ya sabían y explicaban que se estaba “cocinando” una nueva hermana, nació y se completó la familia, cinco seres de carne y hueso y dos estrellas brillantes que los acompañarían espiritualmente siempre.