A este camino llegué precisamente porque sabía que
necesitaba un cambio, que las cosas como las venía haciendo me estaban llevando
a destruirme de a poco, incluso en ocasiones de a mucho y no hablo del cuerpo
físico, aun cuando también reflejaba estragos, no, me refiero a mis emociones,
me refiero a que me sentía ya en el fondo del pozo; cuesta trabajo, si, cuesta
reconocer que las circunstancias me trajeron, sin embargo, sé que en mí no
hubiera funcionado de otra manera.
Ahora, a partir de que intento mantenerme en el camino, me
doy cuenta que debo permanecer en él para notar un avance, para dejar ir
aquello a lo cual me aferro, a esos cambios que afortunadamente han sido
graduales y no sé si es por eso mismo que me cuesta hacerme a la idea de dejar
ir.
Debo dejar de querer tener el control, pues aparte
de que es humanamente imposible, es desgastante, debo dejar que la vida me
sorprenda, debo darle su lugar al azahar, todo ello, creo yo, me generará cambios
necesarios, no sé si los sepa ver positivos, pero con el tiempo sé que los veré como parte del caminar,
pues en perspectiva así he visto los que me han sucedido.
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