Yo reconozco que me mentí, me invalidé como
ser racional y me comporté como mujer sumisa, lo cual no tendría mayor
consecuencia si no hubiera estado yo consciente de todo ello y aun así lo
permitía.
Era yo consciente de que un hombre que te
ama, no te miente, no te cuestiona con celos enfermos, no te descuida aun
cuando hay diferencias entre ambos, no te menosprecia y menos delante de
terceros, no te compara con mujeres de su pasado, no revierte todo lo que el
cuentas y lo pone en tu contra; aun cuando yo sabía que todo ello no era
producto del amor, sino de un ser enfermo emocionalmente, decidí sabotearme y
engañarme con que -esto puede y va a mejorar-; decidí invalidarme y entrar a
ese mundo caótico donde sólo entra quien padece el mismo mal, me avergüenza
haber apostado por alguien con quien sabia, de algún modo, no tendría un buen
futuro, ni como mujer, ni como amante, sólo lo había para una víctima y en
numerosas ocasiones para una joven
verdugo.
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